Incluso en el paciente moribundo, la
boca y sus cuidados asumen gran importancia.
La boca sigue siendo una de las últimas fuentes
de satisfacción, con la que el paciente habla y
come. Es también un vehículo a través
del cual el paciente expresa amor, temor, cólera
u otras cosas. En consecuencia, una salud oral apropiada
puede ser importante para el enfermo terminal.El aspecto
físicodel enfermo influye en la forma cómo
se percibe a sí mismo y sus consideraciones sociales.
Si los tejidos orales y los contornos faciales están
afectados por la enfermedad o mal cuidados, pueden surgir
problemas psicológicos y fisiológicos, que
perturban las relaciones del paciente con sus familiares
y sus profesionales sanitarios. El paciente merece tener
solucionados sus necesidades dentales. Hay otras fuentes
corrientes de dolor e incomodidad para el paciente moribundo,
que no deben ser ignorados.
Algunas de ellas son dolores dentales, dolores de la boca,
sequedad de la boca, infecciones por candida, perturbaciones
del gusto, olor de la boca y pérdida de la percepción
del gusto.Muchos de estos síntomas pueden y deben
ser aliviados mediante una terapia oral para el paciente
moribundo los mismo que lo serían para el paciente
sano
Fuente:
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